Between Two Worlds: The Photography of Lee Marmon
Lee Marmon (1925 Laguna, New Mexico - 2021 Albuquerque, New Mexico) was a prolific artist and one of the first professional Native American photographers. Self-taught, he preferred using medium and large-format cameras, such as a 2 1/4 x 2 3/4 Speed Graphic, to generate black and white landscapes and portraiture. His son, Chris Marmon, recalls spending hours with his father in the darkroom, listening to Linda Rondstadt and jazz. Though he worked in color, Marmon favored black and white photography because, as he stated in an interview with Pueblo News in 1978, “...I started out with black and white and that’s still my favorite. It’s something you can work with all the way through the whole process - from negatives to prints. Sometimes, color has the tendency to carry a picture. It’s a lot harder to get a good picture in black and white.” In the early 2000s, he even enjoyed working in a digital format. He produced over 100,000 images during his career, which spanned the second half of the 20th century and the beginning of the 21st.
His iconic images have appeared nationally and internationally in galleries and well-known publications, including Time Magazine and The Saturday Evening Post. While certainly an artist, Marmon’s photographs of his home in Laguna Pueblo and the surrounding areas also function as valuable historical documents that preserve images of people and places in a particular time. Unlike his contemporaries and the ethnographic photographers before him, who were non-Indigenous and also photographing the Southwest, Marmon did not set up special lighting equipment and pose his subjects to record "a vanishing race" of Native American people. In photographing simply what he observed, Marmon portrayed Puebloans the way he saw his community.
Lee Marmon’s inspiration was the world around him – from his first photograph of a truck wreck to the portraits of village elders and other aspects of everyday Puebloan life. Marmon photographed ceremonial events and dances that were inaccessible to those outside of the community. While these images may not have been immediately published, they ultimately allowed Marmon the opportunity to share his pride in his community. Since he also knew the elders and Laguna inhabitants he depicted, he created a more personal portrait of his village.
Lee Marmon’s talent and friendly nature also allowed him to find work as a professional photographer outside of New Mexico, enjoying great success. He served as the official photographer for the Bob Hope Desert Classic, freelanced for mainstream publications, and even photographed pottery for the Nixon Administration. This kind of work increased his renown to a broader audience as he accessed the private encounters and gatherings of the rich and famous. Lee Marmon effectively straddled two worlds – that of Indigenous New Mexico and the highest rungs of American society with exclusive access – due to both his impressive work and amiable nature.
___________________
Lee Marmon (1925 Laguna, Nuevo México - 2021 Albuquerque, Nuevo México) fue un artista prolífico y uno de los primeros fotógrafos indígenas americanos profesionales. Autodidacta, prefería usar cámaras de medio y gran formato como la Speed Graphic de 2 1/4 x 2 3/4 para crear retratos y paisajes en blanco y negro. Su hijo, Chris Marmon, recuerda cómo pasaba horas con su padre en el cuarto oscuro, escuchando jazz y canciones de Linda Ronstadt. Aunque también trabajó en color, Marmon prefería la fotografía en blanco y negro porque, cómo decía en una entrevista para Pueblo News en 1978, «...empecé con el blanco y negro y sigue siendo mi favorito. Puedes trabajar con él durante todo el proceso: desde los negativos hasta la foto impresa. A veces, el color tiene tendencia a dominar una imagen. Es mucho más difícil obtener una buena imagen en blanco y negro». A principios de 2000 también disfrutó trabajando en formato digital. A lo largo de su carrera produjo más de 100 000 imágenes que abarcan el período desde la segunda mitad del siglo XX hasta principios del siglo XXI.
Sus icónicas imágenes se han exhibido en galerías y han aparecido en publicaciones muy conocidas a nivel nacional e internacional como Time Magazine y Saturday Evening Post. Aparte de su indudable valor artístico, las fotografías que Marmon captó de su hogar en Laguna Pueblo y de los alrededores sirven de valiosos documentos históricos que preservan imágenes de las personas y los lugares de una época en particular. A diferencia de sus coetáneos y otros fotógrafos etnográficos no indígenas que le precedieron, y que también se dedicaron a fotografiar el sudoeste, Marmon no utilizaba equipos de iluminación especiales ni hacía posar a sus protagonistas con el objetivo de documentar una raza de pueblos indígenas «en vías de desaparición». Al fotografiar simplemente lo que observaba, Marmon retrató a las gentes de la nación pueblo tal como él veía a su comunidad.
Lee Marmon se inspiraba en su entorno, desde la primera fotografía que hizo de una grúa remolcando un auto accidentado hasta los retratos de ancianos de la aldea y otros aspectos de la vida diaria de los indígenas pueblo. Marmon fotografió eventos y bailes ceremoniales que eran inaccesibles para las personas ajenas a la comunidad. Aunque quizá estas imágenes no se publicaran inmediatamente, en efecto dieron a Marmon la oportunidad de compartir el enorme orgullo que sentía por su comunidad. Y como además conocía a los ancianos y otros habitantes de Laguna a los que retrataba, fue capaz de crear un retrato más personal de su aldea.
Gracias a su talento y naturaleza afable, Lee Marmon consiguió encontrar trabajo como fotógrafo profesional fuera de Nuevo México y disfrutó de un gran éxito. Ejerció como fotógrafo oficial del Bob Hope Desert Classic, trabajó de manera autónoma para importantes publicaciones e incluso fotografió objetos de cerámica para la administración Nixon. Esta clase de trabajo aumentó su renombre y lo dio a conocer al público general, al tener acceso a reuniones privadas y de tipo social en las que se codeaba con los ricos y famosos. Lee Marmon realmente vivió a caballo entre dos mundos —el de los pueblos indígenas de Nuevo México y el de los más altos escalafones de la sociedad estadounidense más exclusiva— gracias a su impresionante obra y a su naturaleza afable.